lunes, 10 de noviembre de 2008

Éxtasis.

Nuevamente me encuentro recostado en la cama tibia y desecha, que me abriga como si fuera mi mundo integro, transito la diáfana noche con la respiración mansa, casi inexistente, la mente fija en el tiempo transcurrido, se filtran pensamientos de mi vida, cierro los ojos, y expectante veo en los párpados, imágenes como si fueran dos grandes pantallas cinematográficas, la biografía que reiteradamente leo y revivo.
Que franquea mi pasado?, que me apesadumbra? o me trae una melancolía para la que no me he preparado?, donde podré encontrar respuestas que sacien mi curiosidad existencial?, donde?, porque en este momento me encuentro tan abatido y tan expectante por el pasado?, hay algo, que no se que podría llegar a ser, será la soledad que nos abriga sigilosa y engañosamente vendiéndonos seguridad y paz y en definitiva nos desviste por dentro y por fuera dejándonos expuestos a todos los avatares en un mismo momento.
Porque siento paz y bienestar?, y a su vez una gran sensación de cosas pendientes que me llenan de insatisfacción, será que en esto también interviene la entropía donde el equilibrio yace en el máximo desorden.
Interrumpe mi quietud una suave brisa que me eriza la piel, al mismo tiempo que me ilumina el interior de mi cuerpo, me aliviana, me calma, me satura de seguridad y compañía, llegan sensaciones que jamás había sentido en semejante magnitud. A su vez veo una persona acostada en mi cama, enfocando la mirada me veo a mi mismo descansando mansamente, dentro de esta somnolencia todo comienza a tener sentido, se clarifica, ya nada me preocupa, la energía que me rodea me basta, me sacia, e inexplicablemente contesta todas mis dudas con el mayor silencio, soy feliz.

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